La nueva generación de Buffetts está a punto de convertirse en una de las mayores fuerzas de la filantropía

La próxima generación de los Buffetts, Howard, Susie y Peter, está lista para asumir un papel clave en la filantropía mundial cuando su padre, Warren Buffett, de 94 años, fallezca. En junio, el legendario empresario anunció que donaría su fortuna, estimada en casi 144.000 millones de dólares, a un fideicomiso benéfico que será gestionado por sus tres hijos, en lugar de hacerlo a la Fundación Gates, como había indicado anteriormente. La familia tiene un plazo de 10 años para distribuir la fortuna.

Mientras tanto, Warren continúa realizando importantes donaciones anuales a la Fundación Gates y a sus propias fundaciones familiares, que han dirigido durante años sus hijos. Entre ellas, la Fundación Susan Thompson Buffett, dirigida por Susie, apoya la salud reproductiva global; la Fundación NoVo, de Peter, promueve la autonomía de las mujeres y niñas; y la Fundación Howard G. Buffett se enfoca en la ayuda humanitaria y la agricultura en regiones en conflicto, como Ucrania.

Los tres hermanos destacan la importancia de la cooperación y el enfoque colectivo en sus decisiones filantrópicas, conscientes de los retos que implica repartir tal fortuna en un plazo limitado. A pesar de su éxito, han evitado que su nombre se asocie con grandes construcciones, enfocándose más en crear instituciones duraderas.

Este cambio en la estrategia filantrópica refleja cómo Warren Buffett ha enseñado a sus hijos a tomar riesgos calculados, con el fin de generar un impacto significativo. Según expertos, la transición de la filantropía de los Buffett podría ser una de las más poderosas del mundo, y con su enfoque práctico y adaptativo, están listos para hacer frente a este desafío monumental.